La Laja es una playa de arena fina y negra situada a la entrada sur de la ciudad, frente al mar abierto. Un dique sumergido impide que el oleaje rompa en la orilla y asegura la tranquilidad de los bañistas; no obstante, las fuertes corrientes obligan a extremar la precaución a quienes se adentran en el mar.

Cuenta en su entorno con tres piscinas naturales: una infantil en forma de media luna, otra piscina adaptada a deportes reglados de 50 metros de longitud y una piscina familiar. Un mirador para el avistamiento de aves, zonas de sombra y espacios para tomar el sol completan el equipamiento de la playa. Orientada al este, desde ella se observan unos excelentes amaneceres.

A la playa de La Laja se puede acceder caminando, desde la Avenida Marítima, a través de una vía peatonal. Si se llega desde el sur en coche, una escultura del dios Tritón, obra de Manolo González, nos da la bienvenida a este paraje.

De las antiguas casas de La Laja, ubicadas junto a la carretera a pie de playa, queda la Torre del Viento como testimonio de lo que fue un lugar de veraneo de familias y de esparcimiento de los vecinos de los barrios cercanos.