El parque Juan Pablo II es uno de los principales pulmones verdes de la ciudad: un espacio de 120.000 metros cuadrados, poblado con más de 1.000 árboles y 700 palmeras, donde pasear, hacer deporte, disfrutar con los niños, compartir con la familia o las amistades, tomar algo o simplemente descansar.

Cuenta para ello con un gran lago de 3.000 metros cuadrados con varias cascadas de agua, patos, cisnes y peces; un parque infantil, una terraza-bar, una pista para coches teledirigidos, dos canchas polideportivas, un rocódromo, un carril bici de 950 metros de extensión y 2.300 metros de camino para pasear.

El artista grancanario Manolo González es el autor de la escultura —hecha en bronce y acero— del papa Juan Pablo II ubicada en la puerta principal del parque.